A pesar que la obra de Saville se basa en el retrato de la figura humana, ella prefiere no utilizar un modelo en vivo sino trabajar sobre registros fotográficos, algunos de ellos provenientes de hospitales y clínicas forenses. En su mayoría mujeres, los personajes de Saville son retratados de tal manera que cobran vida a través de la materia, transpiran fuertes emociones y evocan un gran sentido de contemplación debido a su gran formato.
Los temas que Saville elige para sus obras son de una naturaleza rebelde que va en contra de los estándares de vanidad que abundan en la sociedad moderna; obligan a reflexionar sobre la identidad en tiempos de crisis e inconformidad. “La destrucción es fundamental para el proceso, sin ella nunca puedes llegar a ningún lado interesante. Pero lo fundamental de eso es saber cuando puedes excavar de la destrucción”, revela Saville al describir su proceso creativo.


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